Existe un nexo común entre pintura y poesía: ambas requieren de una composición. La estructura básica, ese esqueleto sobre el que se soporta la forma estética final, es engullido por el todo resultante. Palabras y pinceladas son caminos expresivos distintos, con el fin último de conmover.
No es habitual que ambas artes se hayan dado la mano, pero sí. Existen pinturas inspiradas en obras poéticas, y también pinturas que inspiran bellos poemas. Este último es el caso que viviremos en directo el día de la presentación de la nueva muestra del Museo de Arte Abandonado: “Copia, inspiración, necesidad”. Recuerden, viernes 31 de enero, 20:00 horas. Asistiremos al nacimiento de la belleza de la mano de voces autorizadas.
Como anticipo, recordar que “La Noche Estrellada” de Van Gogh, dio lugar al poema del mismo nombre escrito por Anne Sexton (Estados Unidos, 1928-1974).
La ciudad no existe
salvo allí donde un árbol de pelo negro
se remonta como una mujer ahogada hasta el cielo encendido.
La ciudad está en silencio. La noche bulle con once estrellas.
¡Oh, noche estrellada! Así quisiera
yo morir.
Se mueve. Todas están vivas.
Hasta la luna se hincha
en sus grilletes anaranjados
para apartar a los niños, como un dios, de su ojo.