Cuaderno diario
Salir en busca del tesoro se ha convertido en una tarea diaria.
La personalísima cotidianidad del coleccionista,
sirve para comprender mejor el significado de un museo así.

Retrato de Pilar Campins Garriga
Tras la brevísima reseña de la retratada, decir que la obra pertenece a la mano de Paquita Sabrafen (Barcelona 1931 – Sydney 2009). Refugiada en Burdeos tras la Guerra Civil en España, como en el caso de su amiga Pilar emigra a Buenos Aires.

Señales
Como en “Hijos de un dios menor”, me enamoro de objetos marginales. Por eso, para que los márgenes tengan también su espacio en el Olimpo de los dioses, es que dedico todas mis energías a la causa, e invento un Museo de Arte Abandonado.

Viento
Esta vez la crónica se tornó versos que vinieron soplando a mis oídos. Quizás sea la propia Montserrat quien los susurre, desde lejos, desde siempre. Imbuido, se dice, por la magia. Abducido, apunto, desde hace días por los sucesos.

La visita
Esta mañana visitó el Museo de Arte Abandonado un grupo de alumnas y alumnos de la Escuela de Pintura, formación que se imparte en mi pueblo en la Casa de las Artes.

Sin título
Me entran ganas de desgarrar por el centro la obra y meterme dentro, seguro de sumergirme, tras lo aparente, en la trinidad de El Greco.

Piedras
El cuadro se me abalanzó en un abrazo sin fin. Me recordó las paredes de una construcción inca o azteca o maya, que no estoy muy ducho yo en ese período. Sé que no tienen demasiada relación, pero cuando miré por detrás y vi el título de la pieza, me emocioné.

Ave marina
Qué cosas, eso de lo genérico; evita errores, y evita que el dedo de la acusación te señale por haber metido la pata, acto irrefrenable en los mundillos donde se revisa todo con lupa, para ver los errores ajenos.

Dos Bodegones
Me cuesta un mundo concentrarme. No sé qué urge más, si esto o aquello. Pospongo. “Hoy sería un buen día para echarse en el sofá y ver alguna película, si tuviéramos salón”, pienso. Pero no, en casa no tenemos salón, tenemos un Museo de Arte Abandonado.

Leopoldo II, El Congo y una DANA
La crónica de hoy, con esta obra como referente, es dura. Arte y política siempre fueron de la mano. Hoy también, y así será hasta el fin de los siglos.

Camellero
La pieza, personalmente, me parece de una rotundidad que no precisa comentario alguno. Acaso el texto primero de Severo. Qué singular y extraordinaria pareja se acaba de dar cita en este artículo.

De Septiembre, en Valencia
Pareciera que el horizonte tuviera algo que decir, incluso el sol en su naciente, pero no. Es el camino el asunto. Su dirección no apunta hacia el sol; sabe que pronto quedará frente a él, pero será el astro quien se cruce con el sendero.

Vivir es complicado, dormir también
Traigo a estas horas intempestivas una pieza a medio camino entre la artesanía y el arte. Se trata de un pirograbado policromado de la primera mitad del siglo pasado, que procede de la escuela bretona.

Marina de Bélgica
Óleo sobre lienzo. 49 x 59 cm. Firmado R. Schepero. Circa 1950. Parece un canal navegable de los Países Bajos. Ni rastro por las redes de la autoría. Es una marina notable. Pinceladas cortas muy empastadas y en horizontal, consiguen ese aire impresionista.

Un retrato y dos lugares
Llevo varios intentos de búsqueda en la red para dar con el nombre de ese o esa artista. Sin resultados. Gautheron aparece como una bodega de vinos francesa; es a lo más que he llegado.

Ir a por setas
Alguien la arrojó a la basura y alguien la recogió de modo que acabara en mis manos. Me llamó la atención que esas setas fuesen recogidas del suelo también, y también en un lugar donde se suele dar esta no tan rara especie de arte, el abandonado.

Sergio y la casa de su madre
No resulta tarea fácil seleccionar los cuadros que vas a salvar del contenedor. Ninguna casa de subastas aceptará las rechazadas, y la única alternativa sería llevarlas a un rastro. Entre las que reservo, existen abstracciones geométricas, piezas coloristas gestuales, esbozos de retratos y escenas figurativas que apenas se intuyen.

Emoción, pura emoción
Francesc Torres documentó el afortunado hallazgo. Al ver el relato en su muro, no pude contener la emoción. Me desbordé. La vida nos habla.

El cuadro de Francesc
Lo que se dice en la tela es una verdad absoluta que entronca con el shamanismo curativo implícito en el arte paleolítico prehistórico y también el que todavía sobrevive en nuestros días en las altiplanicies de Borneo o en algunos reductos del Amazonas.

La Postal
Hace dos años que recogí esta pintura en Igueste de Candelaria de manos de un buscador local. Eran las 9 de la mañana y me dijo que la próxima vez no viniera yo tan temprano.

Pintar a cambio de plato y vino
La misma persona que me da los cuadros, me cuenta la historia. Trabaja de enmarcador y conoció al autor, pero sólo recuerda su apellido. Campillo, era. “Iba mucho a los guachinches, comía y bebía a cambio de una obra. Mucho, iba, mucho. No era el único”.

Paisaje abigarrado
Me imagino al autor o la autora; una de esas personas que nunca tienen suficiente, que viven con ese punto de perpetua insatisfacción. Pero todo tiene que acabar; todo tiene un límite y un punto y final.

Fuerteventura
“Con afecto y agradecimiento. Asunción. 02.08.2007”. Acuarela sobre papel. 16 x 23 cm. El propio hijo certifica que se trata de una obra de su madre, perteneciente a una serie de trabajos a partir de una breve estancia en aquella isla con una amiga.

Ese extraño sol
No quiere Paola decirme de dónde viene esta tela hecha polvo, de tiempo, a la que se le desprende la pintura con sólo mirarla. Esta mujer es capaz de haberla sacado de cualquier casa con dos plantas, de esas que tienen el garaje abajo, en un despiste de la propiedad que se dejó la puerta abierta mientras subían las bolsas de la compra a la vivienda en la planta superior.

La pareja
La obra lleva inscrito a bolígrafo sobre el bastidor, J. Schaap en letras de plantilla, traduciendo así la diminuta firma del artista (o la artista) que se halla en la parte inferior del camino, poco legible ya. Calculo que la obra será de los años ’60.

Me molesta, pero no tanto…
Me molestó descubrir que era una copia. Me molesta cuando un artista recurre a la copia, salvo si es capaz de superarla en su interpretación. Pero al mismo tiempo me interesa el tema que se elige para copiar. Tomar de prestado a Hopper me parece interesante. Y recurrir a una pieza no tan conocida, también.

Purpurina en El Teide
Había visto yo nieve sobre el Pico, el sombrerito, nubes que lo cubrían, lluvias, vientos, intensa calima… Pero nunca purpurina. Es la manera que tuvo Donatello para dar las gracias a lo que la isla le dio. ¿Quién será Donatello? ¿O será Donatella? ¿Qué hacía aquí? ¿A quién le regaló esta pintura? ¿Cómo acabó en la basura?

Sucesos Extraordinarios
¿Pueden imaginar a la propietaria del perrito? Prioridad máxima. Cosas así me llenan de ternura. La pintura es un acrílico y está firmada por Rita, sobre un lienzo sin bastidor de 21x 29 cm.

Tres morillas fueron a coger olivas
Tres amigas paseaban por Tejina y no iba a coger olivas. En el paseo, a un panal de rica miel se arrimaron… Y tres obras abandonadas encontraron.

Visita académica colectiva
Una interesantísima visita guiada en la que se habló de modelos turísticos, claro, de la isla como destino, del valor del arte, de los límites entre arte y artesanía, del patriarcado en el arte, de la vida y de la muerte.

Aprender para desaprender
El otro día se encontraron en las basuras de Santa Cruz cinco obras en su bastidor que, supuestamente, son trabajos de academia. Bellas Artes, Fernando Estévez, o tal vez alguna escuela de pintura del barrio de Salamanca, el Toscal o La Cuesta.

Las pinturas de Imeldo
Existe bastante documentación en la red para saber quién es Imeldo Bello García (Puerto de la Cruz, 1947). He coincidido con él un par de ocasiones en las que no se medió palabra.

En ocasiones me tienen que sujetar
Las pinturas llegan a la colección de arte abandonado para hacerme pensar. Mucho. Este óleo sobre lienzo, de 54 x 94 cm. y firma ilegible apareció ayer junto a un contenedor en Santa Cruz. Por la tarde lo pasé a recoger. Tiene algo de “El grito”.

Conflictos con la línea espacio temporal
Comprensible, cuando te acabas de leer las novecientas tres páginas de “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo”, la novela de Murakami. Espectacular, es poco decir. Una mezcla del mejor realismo mágico, Stendhal, Fred Vargas, Freud, Virginia Wolf, Harry Potter y Richard Dawkins.