Barco amarrado

No recuerdo a qué pintor catalán se refería Ramón cuando, enseñándome a distinguir unos artistas de otros, me decía: “mira, si pinta como con algodón, es él”. Llevo media hora forzando mi memoria, buscando listados de pintura catalana, pero no hay manera humana de acordarme del pintor. Cómo es de caprichosa la memoria a partir de cierta edad… Prometo citarlo si tiene a bien aparecer cuando le plazca.

No es con algodón que está pintada esta pieza, un óleo sobre tela de 60 x 73 cm. No consta firma alguna, ni otro dato que pudiera arrojar pistas sobre autoría. El tema se resuelve con poco más de medio centenar de pinceladas, la mayoría con un pincel plano de punta redonda de 20 mm. Si Seurat utilizaba el punto como elemento mínimo de expresión y la insistencia como método, nuestro artista o nuestra artista anónima utiliza la pincelada gruesa, rectilínea y corta para atacar el tema y solventarlo con buenas mañas. La superposición de planos para conseguir la perspectiva, se apoya en la yuxtaposición de pinceladas que dan volumen a las formas. El conjunto resulta llamativo y consigue retener tu mirada, cautiva por la contundencia de la obra. Podrías perderte en la disposición de las pinceladas, o en averiguar qué sugiera cada trazo en cuanto a parte de un todo que se quiere reflejar, pero optas por quedarte con el global, con esa vista portuaria y esa proa de embarcación amarrada al noray. Se han conjugado muy bien las intenciones con la técnica y es por eso que el resultado tiene su atractivo. Nadie duda de la rotundidad de la pintura. Yo detecto un abuso del color lila, pero es una impresión poco contrastada; más bien una sensación pasajera pero que vuelve cada vez que retorno a la obra.