Mañana viernes
Es la inauguración. Iba a ser algo de andar por casa pero Teyo, a parte de su bajo, trae a Juan Antonio, guitarrista, para acompañar las lecturas. Abilio Martín como maestro de ceremonia, las voces de Romina, Silvia y el propio Abilio para leer tres poemas de Mercedes Pinto. al compás (o como se pueda) de las músicas. Yo algo diré, poca cosa. Habrá un vasito de vino y una galleta salada. Luego… Guiados por la voz de Isabel, iremos al bar La Copa, a treinta pasos calle abajo, donde tendrá lugar una jam session en homenaje al arte abandonado. Queda dicho y sean bienvenidos y bienvenidas.
PD. No sé si seremos ocho u ochenta. Tampoco sé si saben que en el museo el espacio es bastante limitado. Eso me recuerda una tienda en el barrio de Sant Gervasi, en mi ciudad natal. «La botiga del cel» (la tienda del cielo) y debajo la explicación: «porque aquí sólo caben los justos». Era diminuta. Digamos que el espacio del museo es una especie de limbo, de las obras a la espera de un espacio más amplio, ese espacio/museo donde puedan exhibirse en gran número, todas o casi todas juntas. Somos ochocientas sesenta obras de arte (me incluyo, claro).
Por aquí andaremos.