Me molesta, pero no tanto...

Ya tengo las tres pinturas que aparecieron, dos de ellas, sobre un contenedor para papel en Tegueste, y la otra, dentro del mismo. El velero que traigo hoy estaba por fuera. Cuando vi las fotos era la pintura más llamativa de las tres. Había algo en ella. El aura de soledad, tal vez. En casa, hago una fotografía, la retoco de luz, contraste y sombras, y la paso por google lens. ¡Eureka! Copia de una obra de Edward Hopper, “The long leg”. La recuperada mide 38 x 55cm. Está pintada al acrílico sobre tela y firmada por un artista afincado en La Laguna que vende sus propias piezas. Hans Lübke, se llama, y la firmó en 2010. Miro su Instagram y, efectivamente, es su estilo. Todas sus creaciones tienen un aire decorativo-sin-más.

Me molestó descubrir que era una copia. Me molesta cuando un artista recurre a la copia, salvo si es capaz de superarla en su interpretación. Pero al mismo tiempo me interesa el tema que se elige para copiar. Tomar de prestado a Hopper me parece interesante. Y recurrir a una pieza no tan conocida, también. Me gustaba el aire como inacabado, casi de boceto. Me gustaba mucho la vacuidad de un paisaje casi fantasmagórico, muy Murakami, si me lo permiten, que todavía me hallo bajo su influjo. La frialdad que transmite tanto azul. No sé cómo a la gente el mar les produce alivio, a mí siempre me provoca desconsuelo, siempre miro al horizonte con la esperanza de hallar más tierra del otro lado. La inclinación de la barca indica fuerte viento, aunque las velas están mal resueltas y debieran mostrarse más volumétricas; una barca a la deriva, en la que, o no hay nadie, o están en el camarote, sin vida. Y ese faro enano, y las casas sin puerta, y tras esa lengua de tierra, más y más mar. Y el velero no piensa parar. “La pierna larga” a la que se refiere el título de Hopper tal vez se deba a esa extensión de tierra que se adentra en el azul, atrevida.

Hans no quiso acabar la pieza, intuyo. Aunque la firmó. Me parece un trabajo mediocre, fallido. Hans ha demostrado ser capaz de más, por lo que veo en su página de Instagram. En cambio, la firma está tan bien puesta… O sí, puede que la obra esté acabada. Puede que no exista fallo alguno y todo sea voluntad. Una voluntad por separarse del original, como de respeto. Caben tantas hipótesis en un cuadro abandonado en la basura… Me sigue conmoviendo que Juanito haya elegido al americano y esta obra en concreto; le parecería sencilla de ejecutar y resultó que no lo era tanto. Me pasa a mí cuando copio al Jordi que sé que existe en algún lugar.