Una experiencia singular
El Museo
Usted se encuentra en el salón de una vivienda tradicional canaria, construida a caballo entre el Siglo XVII y XVIII, en el Realejo Bajo. Sus casi treinta metros cuadrados convierten este lugar en uno de los espacios museísticos más pequeños del mundo y, por la temática, de los más singulares también.
Aunque la idea de museo nace el año 2020, la gestación se remonta a la Barcelona de mediados de los ‘80, cuando Jordi forma parte de un grupo de personas dedicadas a la investigación de obras de arte sin “certificado de autenticidad”. Durante quince años vivirá de primera mano increíbles aventuras entorno al mundo de la autentificación. Compra y vende en salas de subasta y rastros de toda Europa; conoce a expertas y expertos en épocas y artistas hasta que, agotado, decide cambiar de aires. En 2003 se traslada a vivir en Tenerife.
Tras un paréntesis, instalado definitivamente en Los Realejos, en 2011 conoce a un grupo de activistas culturales que reivindican el valor de lo local. Retoma el contacto con la pintura y, poco a poco, toma forma en su cabeza la idea de tener, al fin, una colección particular. Pero no iba ser al uso de otras colecciones… Se estaba gestando la idea de reunir obras de arte con una singularidad especial. Una parte de aquellas personas realejeras, forman la Asociación Cultural Museo de Arte Abandonado y colaboran estrechamente en las actividades del Museo.
Esta es, en síntesis, la historia de un museo especial.
Todo lo que ven son piezas que en su día perdieron la entidad de obra de arte y se convirtieron en desecho. Su destino era el contenedor de basura, donde casi todas las obras fueron encontradas. Pero no porque carecieran de cualidades, simplemente, la vida las condujo a ese injusto destino. La inmensa mayoría de cuadros que posee la colección de arte abandonado, tienen un merecidísimo valor artístico. Aparte de su honestidad, casi todas son de una calidad innegable, avalada por personas conocedoras del arte, vinculadas a este proyecto y que forman parte de la Asociación Cultural Museo de Arte Abandonado.
Otra característica significativa de este museo, es que todas las obras se acompañan de un comentario crítico. Esos textos, aparte de analizar las cuestiones técnicas y formales de cada obra, muchas veces orientan sobre su localización y hablan de la emoción de cada encuentro.
El MUSEO DE ARTE ABANDONADO brinda una segunda oportunidad a estas maravillas que, un día, fueron abandonadas. Se exhiben por temáticas a lo largo de diversas exposiciones temporales, de modo que puedan acomodarse a un corpus teórico que facilite la lectura de cada muestra. Este humilde museo, se convierte en un hogar para que las obras puedan ser valoradas como merecen; desde la humildad, desde el “abajar” la mirada como acto de respeto, y así empatizar y comprender las bondades de cada una de las creaciones. Para ello se ha dispuesto el espacio escénico con muchas obras casi a ras de suelo, altura a la que, la mayoría, fueron encontradas.
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