La Expo Express:
"Memoria difusa" y "Gramos de Muerte"
Del 7 al 26 de Noviembre 2025
Pedro Pérez Esteban
La mirada del artista es siempre una declaración de intenciones. Cuando la de Pedro se posa en estos dos temas que hoy presentamos (y uno de ellos “Gramos de muerte”, lo hace por primera vez en público, lo cual es todo un honor para esta casa), cuando el fotógrafo, como decía, elige dónde mirar con su cámara, entonces nos habla, necesariamente, de su pasado, de su carga epigenética y de su manera de estar en el mundo. Claro, también de su concepción del arte, por supuesto; no son gratuitas las dos grandes categorías que distinguen estos trabajos que hoy podemos admirar. Unos son pura abstracción y otros mucho más figurativos, sin perder nunca el eje central, que es convertir los restos de una guerra, en objetos de reflexión desde esa mirada estética que, por ser así, todavía conmueve más, si cabe. Su descontextualización y su puesta en escena, socavan aún más nuestros cimientos emocionales, tan ficticiamente aposentados en las bondades de este primer mundo en el que nacimos. Esta exposición, hoy, nos recuerda la fragilidad de nuestro bienestar, máxime cuando la barbarie fascista camuflada de extrema derecha, parece sobrevolar “urbi et orbe”.
En estos trabajos observamos no sólo la mirada del artista, también su modus operandi. Si en la selección de objetos están contenidas sus emociones, en todo el proceso hasta llegar a ese clik que abre el obturador de la cámara para dejar pasar la luz y captar lo que está frente al objetivo, hay un minucioso trabajo previo. La manera de trabajar de Pedro es milimétrica. No se lo digan a nadie, pero una muestra de esa meticulosidad pude comprobarla en la exquisita factura de las dos cajas que contenían la obra; un trabajo artesanal rayano a la arquitectura; contenedores estancos, prácticos, a prueba de golpes y tempestades. Así es el trabajo de Pedro al mando de su cámara.
Termino con una cosilla a cerca del montaje, o mejor, la disposición en el espacio de esta muestra. He osado “parafrasear” si se me permite el símil, aunque más bien es una metáfora, a Richard Serra, el metafísico y megaescultor estadounidense muerto el año pasado. Quise que la instalación museística en sí, provocara sensaciones. De ahí este pasadizo angosto a través del cual contemplamos no sin cierta incomodidad, “Memoria difusa”. Caramba, estamos hablando de la guerra, sus consecuencias y sus restos; qué menos que experimentar un mínimo de incomodidad. Y por fuera, como a la luz, los “Gramos de muerte”, con esos fondos níveos, y esas formas abstractas de los objetos que, pesados uno a uno, su gramaje da luz a cada título.
Y antes de dar paso a la sabia voz de Aarón León, les quiero servir, ahora sí, una metáfora que sirva de reflexión. ¿Serán estas pelotitas, el anticipo de los restos que la futura arqueología tildará como origen y motivo de la última revolución en aras de la igualdad? Por favor, tomen una como recuerdo de esta visita, es para ustedes.
La mirada del artista es siempre una declaración de intenciones. Cuando la de Pedro se posa en estos dos temas que hoy presentamos (y uno de ellos “Gramos de muerte”, lo hace por primera vez en público, lo cual es todo un honor para esta casa), cuando el fotógrafo, como decía, elige dónde mirar con su cámara, entonces nos habla, necesariamente, de su pasado, de su carga epigenética y de su manera de estar en el mundo. Claro, también de su concepción del arte, por supuesto; no son gratuitas las dos grandes categorías que distinguen estos trabajos que hoy podemos admirar. Unos son pura abstracción y otros mucho más figurativos, sin perder nunca el eje central, que es convertir los restos de una guerra, en objetos de reflexión desde esa mirada estética que, por ser así, todavía conmueve más, si cabe. Su descontextualización y su puesta en escena, socavan aún más nuestros cimientos emocionales, tan ficticiamente aposentados en las bondades de este primer mundo en el que nacimos. Esta exposición, hoy, nos recuerda la fragilidad de nuestro bienestar, máxime cuando la barbarie fascista camuflada de extrema derecha, parece sobrevolar “urbi et orbe”.
En estos trabajos observamos no sólo la mirada del artista, también su modus operandi. Si en la selección de objetos están contenidas sus emociones, en todo el proceso hasta llegar a ese clik que abre el obturador de la cámara para dejar pasar la luz y captar lo que está frente al objetivo, hay un minucioso trabajo previo. La manera de trabajar de Pedro es milimétrica. No se lo digan a nadie, pero una muestra de esa meticulosidad pude comprobarla en la exquisita factura de las dos cajas que contenían la obra; un trabajo artesanal rayano a la arquitectura; contenedores estancos, prácticos, a prueba de golpes y tempestades. Así es el trabajo de Pedro al mando de su cámara.
Termino con una cosilla a cerca del montaje, o mejor, la disposición en el espacio de esta muestra. He osado “parafrasear” si se me permite el símil, aunque más bien es una metáfora, a Richard Serra, el metafísico y megaescultor estadounidense muerto el año pasado. Quise que la instalación museística en sí, provocara sensaciones. De ahí este pasadizo angosto a través del cual contemplamos no sin cierta incomodidad, “Memoria difusa”. Caramba, estamos hablando de la guerra, sus consecuencias y sus restos; qué menos que experimentar un mínimo de incomodidad. Y por fuera, como a la luz, los “Gramos de muerte”, con esos fondos níveos, y esas formas abstractas de los objetos que, pesados uno a uno, su gramaje da luz a cada título.
Y antes de dar paso a la sabia voz de Aarón León, les quiero servir, ahora sí, una metáfora que sirva de reflexión. ¿Serán estas pelotitas, el anticipo de los restos que la futura arqueología tildará como origen y motivo de la última revolución en aras de la igualdad? Por favor, tomen una como recuerdo de esta visita, es para ustedes.
Algunos instantes de la inauguración:
Y este es el vídeo de la presentación:
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