Figurín I, II, III

“Dibujo o modelo pequeño para los trajes y adornos de moda”.
Los originales fueron creaciones para el salón de la moda de Mónaco de 1987, inspirados en las creaciones de los años ’20 de un tal Erté. Estas pinturas al acrílico sobre tela, son copia de aquellos pastiches de 1987.
“Erté nació como Romain de Tirtoff en San Petersburgo (Rusia) el 23 de noviembre de 1892 y creció en medio de la élite social rusa. A los cinco años creó un vestido de noche para su madre y consiguió convencer a los adultos para que lo confeccionaran, que quedaron asombrados por el resultado. En 1912, Romain se marchó de San Petersburgo a París con diecinueve años, con el objetivo de convertirse en artista.
Tras trabajar con Paul « Le Magnifique » Poiret en varias producciones teatrales, Romain, aún bajo el seudónimo de Erte, empezó a trabajar de forma más independiente. Realizó diseños originales de vestuario y moda para muchas de las actrices más famosas de la época, como Joan Crawford, Lillian Gish, Marion Davies, Anna Pavlova y Norma Shearer, entre otras. Sus obras maestras para el escenario incluyeron extravagantes diseños de producción en lugares como el Radio City Music Hall de Nueva York, el Casino de París y la Ópera de París. En 1915 comenzó su larga relación profesional con Harper’s Bazaar y creó 240 portadas para la prestigiosa revista. En 1916, durante seis meses, Erté colaboró también con Vogue. Como resultado de su éxito, Erté sería llamado más tarde el padre del movimiento Art Déco.
En la actualidad, algunos de sus diseños originales adornan las colecciones permanentes de prestigiosos museos como el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Museum of Modern Art, el Smithsonian Institution y el Victoria & Albert Museum de Londres”.
Alguien, en sus ratos de ocio en la isla, buscó diseños de vestidos que le gustasen para pintarlos. Su búsqueda se detuvo en el Art Decó. Pensó que la purpurina acababa de dar a sus criaturas algo que a Erté le hubiera gustado mucho. Ya tenemos eso los humanos, deseamos mejorar el original. Igual la evolución de la especie ha consistido en eso mismo. De buscar yo alguien a quien superar, sería a Gloria Fuertes o a Gabriel Celaya. Pero qué va. Ante lo imposible, busqué sendero propio. Igual también utilizo algo de purpurina, creyendo dar lustre a las líneas. O igual no, y resulte demasiado árido en ocasiones. Miren dónde tengo a las modelos que no dejan de observarme mientras tecleo. Igual luego quieren salir a un local de jazz. Las noto inquietas.