Cricket
Óleo sobre tela, 25 x 30 cm. Firmado con dos iniciales y datado en 1986. Puede que las iniciales de la firma correspondan con la etiqueta del reverso donde se lee Mrs. C. Hale y una dirección que recomiendo visiten vía satélite.
Mi emotividad, de naturaleza inestable, se sacude cuando descubro pinturas así. No se me ve, pero soy el tercer invitado en el banco. Conversar mientras la vida sucede en varios planos, mientras acontece la floración en las ramas. Ese día cualquiera transcurre entre luces y sombras, con la juventud al fondo y su juguetona efervescencia. Ay, sí. Vivir…
Casi cuarenta años tiene la obra y se me hace tan moderna. Cómo no remitirme al cómic de Paco Roca, ”Arrugas”, que diera pie a la película de animación homónima dirigida por Ignacio Ferreras. Es que me parece brutal la pintura, tan inglesa, tan occidental, tan primermundista, tan reconocible. Y Al otro lado, “Mariposas negras”, de David Baute. Anoche la vi en un pase en casa de unos amigos. Mundo de contrastes. ¿Ven esos puntos de blanco en las gorras y las chaquetas de los personajes del banco? Esos minúsculos destellos de luz son los que le quedan al planeta para salvarse. No me preocupa demasiado, la naturaleza sabrá sobreponerse a nuestra ausencia cuando nos hayamos inmolado. Y a pesar de todo, me aferro a esas briznas de luz para sembrar esperanza en el género humano y seguir, continuar empujando para hacer viable otra realidad.
Claro, claro que quiero ser uno de esos personajes que se cuentan la vida a la sombrita, con el sol de invierno de frente. Aprovechar la fortuna de haber nacido en un lugar y una época que concluye a gran velocidad. Cuánta luz ahí fuera. Cuánta vida. Cuántas oportunidades para sentir. Casi mil piezas en la colección de arte abandonado. Ya falta menos para abandonarme a charlar de nada y de todo en un banco como ese.