“Eran como pájaros envejecidos y oscuros, con las pechugas palpitantes de haber volado mucho en un trozo de cielo muy pequeño”

A veces, el museo de arte abandonado me recuerda un lugar así, entre el texto de “Nada” y la obra que les traigo hoy, recogida de la basura; un acrílico sobre lienzo de 22 x 27 cm. Casi nada. Leí la novela de Laforet hace muchos años y todavía guardo esa honda impresión de vacuidad y eternidad, todo mezclado.

O está ya todo dicho, y ya pasó; o está todo por hacer. Sea como sea, aquello está perdido, parece que ese paréntesis de tiempo no nos ha correspondido. Es desolación, pero también un indicador germinal a punto de maravillarnos. Al materializarse, comprendemos que nunca fie nuestro, ni lo será. Sin duda, estoy cansado de tanto volar un cielo tan pequeño. Los tres horizontes de esta pieza nos contienen; es nuestra misión desbordarlos. Sé que nadie lo ha conseguido nunca.