Inicio de año, nueva exposición. Ya ando con los preparativos de algo que sorprenderá y deseo que también emocione. Se presentará hacia finales de enero y se prolongará hasta el verano. Como intuyo que en los próximos meses el Museo tendrá un buen número de visitas, he adoptado un expositor para las menudencias que ido encontrado por esos márgenes que frecuento. Objetos diversos que las visitas podrán llevarse a cambio de una módica donación.
La vitrina es un primor. Tiene sus años, como todo en este pequeño universo de arte encontrado. Los objetos, poco útiles en su mayoría, tienen en cambio un alto poder simbólico. Ser recogidos uno a uno, y ponerlos a disposición… Devolverles el sentido de la vida. Los de Monty Python estarían muy contentos.
2025 promete, sí. Depende de cada uno, de cada una, y de que los vientos del norte sean propicios y nos traigan a Mary Poppins.