Feliz solsticio de invierno
“Hans Castorp vería el interior de su propia tumba. Vería el futuro fruto de la descomposición, gracias al poder lo vería anticipadamente, vería la carne que formaba su cuerpo descompuesta, aniquilada, convertida en una niebla evanescente, y en medio de ella ―esmeradamente cincelado― vería el esqueleto de su mano derecha, en torno de cuyo anular flotaba, negra y fea, la sortija heredada de su abuelo: duro objeto terrenal con el que el hombre adorna su cuerpo, abocado a descomponerse y a dejarlo otra vez libre para que otra carne pueda lucirlo durante otro lapso de tiempo”.
“La montaña mágica”. Thomas Mann. Editorial Debolsillo, páginas 315-16.
Del dibujo: lápiz sobre papel. 45 x 30 cm. Firmado Enrique Morell Sánchez. Sin datar. Trabajo de academia.