Entusiasmado ante el hallazgo que me pasaban por foto, me dirigí al lugar. Fue al desmontarlo que pude tocar la textura fría del papel, ver el brillo, pasar la mano por la superficie coloreada… Impresión láser color. No obstante cogí la lupa (cuesta aceptar el desengaño), para certificar el fiasco. Solo suelo contar los encuentros felices, pero de estos otros los hay… Buff. Y mira que incluso el enmarcado prometía. Pero no, ya ven. Esta tarde vuelvo a coger el coche. Ya les contaré. A la lupa, se observan los puntos de la impresión en tinta negra, y las rebabas imprecisas… Una lástima.